martes, 16 de diciembre de 2014

¡El niño Dios está por nacer!




¡Hoy iniciamos la novena de navidad! Y también el tiempo más mariano del calendario litúrgico, según lo que escuché esta mañana al sacerdote que celebró la misa. Me he puesto a pensar en nuestra Señora, como habrá vivido esos momentos, esa espera única, milagrosa, fuera de "todo contexto" y en medio de tantos eventos inesperados y críticos. Sin embargo, la imagino tan confiada, tan calmada, nada le quita su paz, se abandona en Aquel que ha pedido su colaboración en tan importante misión: la salvación del mundo.

Hoy quisiera sentir esa quietud y paz en mi corazón, abandonarme en el Padre, quien nunca me falla, quien quiere lo mejor para mí. Hoy la invitación es para enfocarme en lo verdaderamente importante, para comenzar de nuevo, así como sale el sol cada día. Pero antes, al igual que nuestra Señora, debo aprender a cumplir la voluntad de Dios en mi vida, aprender a aceptar que no tengo el control de nada, que sin El no puedo nada, que sola, no soy más que un puñado de buenas intenciones, de muchas dudas y temores. Necesito su gracia! Necesito su Santo Espíritu! Necesito mucha oración! Y entonces finalmente y de forma confiada podré decir "Hágase en mí según tu palabra".


Fotografía de Irina Orellana, Museo Vaticano, Roma, Octubre 2013.